El propósito de la cobertura es dar sombra de protección paternal, donde los hijos se cobijan cuando están desanimados. La cobertura espiritual es una sombrilla de protección espiritual paternal que nos provee de unción; bendición; refugio y descanso; además nutre el carácter, levanta la autoestima y afirma en el propósito. Es una fuente continua de revelación y alimento espiritual.
“Aquel que habita en el lugar secreto del Altísimo, se mantendrá estable y fijo bajo la sombra del Omnipotente (aquel que tiene el poder que ningún enemigo puede resistir)”.
Salmo 91.10 - Biblia amplificada
LA COBERTURA Y LA PATERNIDAD
Hablar de un padre espiritual es equivalente a hablar de cobertura espiritual, y ninguno de los dos puede darse si no hay una relación de padre-hijo. Hoy día se le llama cobertura al hecho de estar afiliado a una denominación, a un ministerio o a una asociación de pastores; pero esto no implica que una persona tenga una cobertura espiritual, ya que los hijos ni siquiera conocen a su líder personalmente. ¿Cómo pueden recibir una herencia que no se les quiere dar? ¿Cómo pueden ir en pos de un padre espiritual que sólo busca su dinero y no está dispuesto a transferirle una herencia? A la luz de estas duras verdades, la pregunta que surge entonces, es: ¿quién es un padre espiritual?
Un padre espiritual es uno que invierte su vida, sus dones, habilidades y recursos en hombres y mujeres que quieren cumplir la voluntad de Dios en sus vidas; los rescata, los sana, les da nombre, valor, significado, los recibe en su casa, los adopta como sus hijos y, finalmente, los enseña y los entrena para que alcancen su destino y propósito en Dios.
LA HERENCIA ESPIRITUAL
La Herencia Espiritual es la acumulación de virtud, conocimiento, unción, gracia y provisión de Dios para un individuo, la cual es recibida por medio de una relación padre a hijo, teniendo como propósito final llevar al hijo a su destino en Dios. La bendición de la Herencia generacional es otorgar los beneficios tangibles sobre una persona o grupo de personas, como resultado de los actos justos hechos en la generación anterior.